Si bien los alacranes viven entre los escombros, la leña, la corteza de los árboles, la maleza o en los lugares oscuros y frescos como sótanos o debajo de pisos flotantes, con las altas temperaturas salen a la superficie y suelen ingresar a los hogares. Así es que en las últimas jornadas de intenso calor se ha registrado la presencia de estos arácnidos en muchos hogares de Paraná.
Dentro de las casas, suelen esconderse entre los trapos, las sábanas, la ropa tirada en el piso, las mochilas o dentro de las zapatillas.
La responsable del Centro de Información, Asesoramiento y Asistencia Toxicológica de Entre Ríos (Ciaat), Analía Corujo, aseguró  que durante este verano se atienden permanentemente casos de picaduras de alacrán en los hospitales y centros de atención de la salud. De todos modos, aclaró que “son pocos los casos en los que se tiene que aplicar el antiveneno ya que se trata de casos leves o de picaduras de especies no ponzoñosas”. También informó que recientemente se enviaron 44 fichas al instituto Malbrán en las que se da cuenta de la utilización del antídoto que allí se produce.
La población de mayor riesgo son los niños menores de 6 años y las personas con alguna enfermedad de base (coronaria, insuficiencia renal, diabetes, etcétera). El efecto de una picadura puede ser leve o muy grave. El peor antecedente que hay en Paraná es la muerte de un niño en 2005.
Por otra parte, Corujo indicó que durante 2013 se notificaron 400 casos de picaduras en Entre Ríos y que más de la mitad correspondieron a la costa del Paraná.
Prevención. Desde el Ciaat recomiendan impedir el ingreso de los alacranes al hogar, colocando rejillas sanitarias, telas metálicas y mosquiteros en los respiraderos ya que suelen inmiscuirse por las cañerías. También se sugiere fijar burletes en puertas y ventanas.
A su vez, debe controlarse la población de insectos como grillos y cucarachas, ya que son el alimento de los escorpiones. En este sentido, no hay que dejar acumularse basura. Del mismo modo, predadores como el gato y las gallinas son aliados de los hombres para combatir la presencia de estas alimañas.
Por otro lado, si bien es amplia la oferta de insecticidas en el mercado, desde el mismo organismo oficial consideran que los venenos deben ser el último recurso para repeler la presencia de estos arácnidos porque ningún producto es inocuo. A su vez, insisten en que los plaguicidas deben ser aplicados por especialistas.
A su vez, sugieren que las camas no estén pegadas a la pared ya que los arácnidos trepan por los muros. Las patas de las cunas pueden colocarse dentro de frascos para que los alacranes no puedan escalar. Antes de acostarse hay que sacudir sábanas y mantas. Asimismo, es conveniente revisar la ropa, el cazado antes de colocárselo y no andar descalzo, especialmente, durante la noche.
Picaduras. En caso de picadura, hay que concurrir de manera urgente a cualquier centro de salud, hospital o clínica. El síntoma es un dolor intenso que se irradia a todo el miembro afectado y el enrojecimiento de la piel.
Mientras tanto, conviene aplicar hielo sobre la zona debido a que el frío es vasoconstrictivo y analgésico. Si es posible hay que atrapar al animal (vivo o muerto) para que el especialista identifique si se trata de una especie venenosa.
En cada caso, el médico determinará la gravedad de la picadura y evaluará la necesidad de colocar el antiveneno ya que si se trata de un caso leve no es necesario colocar el suero endovenoso.
A su vez, quienes atrapen ejemplares pueden llevarlos a la Dirección de Epidemiología provincial en calle 25 de Mayo 139 –teléfono (0343) 4209652–. El modo de trasladarlo es en un frasco tapado y en su interior depositar un algodón pequeño embebido en agua. En la dependencia de Salud cuentan con un alacranario donde estos insectos son conservados para luego enviarlos al Hospital Malbrán de Buenos Aires donde se fabrica el antiveneno. Entre Ríos y Santiago del Estero son los principales proveedores de alacranes.