El Tribunal de la Cámara I en lo Criminal de Paraná, integrado por Miguel Ángel Giorgio, José María Chemez y Hugo Perotti, leyó los argumentos de la sentencia, que surgió de un juicio abreviado celebrado entre la fiscal María Laura Cattaneo y el defensor oficial Luis Pedemonte, con la conformidad del imputado.
En la sentencia, los jueces tuvieron en cuenta el testimonio de una chica que estuvo en San Martín de Porres y Los Minuanes, donde Magallanes atacó e hirió de muerte a Álvarez con un cuchillo tipo carnicería, con mango plástico blanco, y hoja de acero gastado en forma de punta. Dos horas después del hecho, ocurrido entre los últimos minutos del día 29 y los primeros del día 30 de septiembre de 2012, el joven murió en el hospital San Martín por un cuadro de taponamiento cardíaco y shock hemorrágico.
El Tribunal consideró el relato de la chica, que refirió que después del ataque, Álvarez, a quien llamaban Piter, “se agarraba el tórax con sus manos y le dio (a ella) un cuchillo de cabo blanco con una chuza larga y bien afilada, diciéndole: Belén, mirá lo que me hizo, por qué me hizo esto”. También tuvo en cuenta que los vecinos consideraban al imputado como una persona conflictiva.
En este sentido, la joven declaró que “Luciano era un pan de Dios, no tenía conflicto con nadie. Magallanes sí era un tipo conflictivo, en el barrio sabíamos que le pegaba a la mujer adelante de todo el mundo. Siempre andaba como nervioso y amenazando a la gente, peleándose con los vecinos”.
Magallanes, de 37 años de edad, soltero, con dos hijos menores, estudios secundarios incompletos, manifestó en la audiencia de juicio abreviado que fue adicto a las drogas, añadiendo que está en tratamiento.
El testimonio de la joven dio cuenta de supuestos problemas psiquiátricos que sufre Jesús Magallanes. En este sentido, expresó que “supuestamente, él estuvo en el Roballos, pero hace como tres años lo largaron. El año pasado o el anterior, empezó a hacerse el loco, como ataques de epilepsia para que la ambulancia lo llevara al Roballos. Ahí le daban medicación gratis que después, o la vendía a los pendejos de ahí o se la tomaba a todas mezclando con alcohol y así quedaba”