Oro Verde es hoy un pueblo vencido por la conmoción e incredulidad. La noticia de la muerte de un joven de 18 años golpeó a un pueblo acostumbrado a vivir al ritmo que le imponen los estudiantes universitarios, ésos que en temporada de cursada componen la mitad de la población asentada a 15 minutos de Paraná.
El cuerpo sin vida de Héctor Andrés Sheifler yacía en la bañera de su departamento de estudiante, en calle Las Calandrias de Oro Verde. Los primeros informes señalan que habría muerto el lunes por la noche, 36 horas antes, en forma accidental: los investigadores creen que estaba por bañarse, se resbaló y golpeó la cabeza contra uno de los laterales de la tina. De allí que la ducha estaba abierta, el departamento se inundó y comenzó a salir desde la planta alta hacia la calle.
“Se trataría de una muerte accidental, tal vez el chico sufrió algún problema de salud o tuvo un mareo que lo hizo peder el equilibrio y golpear la cabeza contra la bañera”, arriesgó el jefe de la comisaría local, Marcelo Campins.
El jefe policial destacó que “el departamento estaba cerrado, con la llave colocada en la puerta del lado interno; las ventanas también estaban cerradas y tienen rejas que impiden el ingreso; en el interior no había ningún tipo de desorden, tampoco faltaban elementos ni se encontraron indicios de violencia en el lugar. No se encontraron elementos para suponer de la presencia de un tercero ni que la muerte se hubiera producido por un hecho violento”, afirmó.
El juez de Instrucción Nº 4, Gustavo Maldonado, ordenó que se practique una autopsia para tratar de determinar fehacientemente las causas de la muerte; y ayer por la tarde el cuerpo del joven fue entregado a sus familiares y trasladado a Concordia, de donde era oriundo.
Llamados y localización. La noticia se conoció ayer alrededor de las 10, aunque el padre de Héctor Andrés Sheifler había iniciado varias horas el derrotero para intentar contactar a su hijo.
Desde el día anterior había intentado en vano comunicarse con el chico. A la mañana contactó primero a la facultad, preguntando si el joven había concurrido a clases. Luego se comunicó con la inmobiliaria a través de la cual había alquilado el departamento y les pidió que fueran a ver si estaba todo en orden. Fueron ellos quienes le dijeron que la casa estaba cerrada y que desde el interior salía agua hacia la calle. Entonces el hombre llamó a la comisaría local.
“El padre nos llamó para pedirnos que por favor fuera una patrulla al departamento de su hijo, porque trataba de comunicarse por teléfono y no lo atendía; y contó lo que le habían dicho desde la inmobiliaria”, resumió el comisario Campins.
Al parecer, el joven había llegado de Concordia el jueves de la semana pasada, ya para instalarse de cara al segundo cuatrimestre de la carrera de Ingeniería Agronómica que estaba cursando en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
El joven había alquilado a principios de año un departamento nuevo, a pocas cuadras de la Facultad de Agronomía, en un complejo donde viven estudiantes. El suyo estaba en una planta alta, hacia la calle. Los vecinos, estudiantes casi todos ellos, tenían algunas referencias vagas sobre el muchacho que vivía solo y al que hacía unos días que no veían.
Duelo institucional
Conocida la noticia de la muerte de Sheifler, la tristeza invadió la pequeña localidad universitaria. “La verdad es que nosotros nos enteramos enseguida y nos angustió muchísimo”, dijeron en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, donde el joven había comenzado a estudiar este año.
“No lo conocíamos mucho porque era estudiante de primer año, pero parecía un chico muy atento en el trato”, contó un administrativo de la casa de estudios. “En la Facultad no se le conocía un grupo de amigos porque era un chico de primer año, recién llegado a la ciudad, con esa timidez que tienen los ingresantes”, acotó otro.
La noticia sacudió a la comunidad universitaria en época de receso. Es que si bien las Facultades están abiertas, no se han retomado las clases y los turnos de exámenes comienzan recién la semana que viene, por lo que tampoco había un gran movimiento de alumnos por los pasillos del edificio.
No obstante, la Facultad de Ciencias Agropecuarias declaró “duelo institucional” y se dispuso “la suspensión de las actividades académicas y administrativas” para hoy jueves. También la Universidad Nacional de Entre Ríos adhirió al duelo.