Gimnasia y Esgrima ha tenido el peor comienzo de que se tenga memoria en un torneo organizado por el Consejo Federal. En 9 fecha apenas si cosechó cuatro igualdades con sólo 6 goles a favor y sin poder festejar un triunfo.
Y esta sequía goleadora hace que todos apunten, para cuando haya posibilidades de recambio, a que se traigan jugadores. Algo lógico pareciera ser porque son los goleadores los que tienen que marcar y hasta acá su aporte es muy pobre.
Pero a este equipo parece faltarle algo más que delantero; le falta volumen de juego y parece extrañar una enormidad a Matías Padilla, el enganche que tuviera en los torneos pasados y que en esta temporada emigró.
Matías Padilla, con su intermitencias, con sus “lagunas” a cuesta y con su intemperancia que muchas veces dejaban al equipo con 10 por las expulsiones recibidas, es un jugador de esos que se “ponen el equipo al hombro”, que se agrandan en las difíciles y que, además de jugar, hacen jugar al resto. Eso aún no han podido conseguirlo ni Fernando Giarrizo y menos aún Matías García; los dos llegaron con muchos pergaminos pero a la hora del aporte fue poco lo que lograron hacer para un mejor funcionamiento del equipo.
Padilla está rindiendo muy bien en Guaraní Antonio Franco y será difícil traerlo pero, a la hora de pensar en refuerzos habrá que agudizar el ingenio porque no hay margen para el error.
Confirmación y protesta
La dirigencia de Gimnasia se reunió en el día de ayer con el técnico Santiago Losada para confirmarle la confianza y mantenerlo al frente del equipo. Por la noche, en la sede social del club, hubo protesta por unos 40 hinchas del Lobo que con bombos y gritos pidieron la salida del técnico. El clima que se vive en Gimnasia no es el mejor y parece que la única manera de calmar las aguas es ganando en Pergamino el domingo ante Douglas Haig.