Un policía que estaba circunstancialmente en la Terminal de Curuzú Cuatiá tomó contacto con una persona que resultó ser “Lelo” Miranda. Después de varias preguntas un Sub Oficial de la Policía de Entre Ríos logró identificarlo. Inmediatamente le abonó el pasaje y fue trasladado a San Jaime de la Frontera y luego a Chajarí.
“Físicamente está bien” respondieron las fuentes ante la pregunta de este cronista sobre la salud de Miranda, se hicieron los trámites pertinentes de entrega a los familiares y ya está descansado en su domicilio.
Miranda había desaparecido en la mañana del 17 de diciembre último, saliendo sin dirección desde su casa ubicada en Baloni 2591 con una muda de ropa debajo del brazo.
Según fuentes policiales nunca se dudó que se trataba del abandono por motu propio de su hogar y que tarde o temprano, de no mediar alguna circunstancia trágica, iba a aparecer sano y salvo.
La pesquisa se hizo en cada rincón de Chajarí, de diferentes maneras, modos y con distintos elementos sin resultados positivos. Más aún algunos testigos, últimamente una señora, había asegurado haberlo visto en lugares puntuales de la ciudad de Chajarí, pero ninguno en primera instancia sirvió para dar con su paradero.
Era conocido también por los investigadores la tendencia de Miranda que bajo cierto marco psicológico, se podría haber extraviado o había tomado quizás la decisión de alejarse enojado de su domicilio por diversos motivos familiares, como lo hizo ya hace cuatro años y que luego de veinte días apareció en la casa de una prima en el Barrio Tagué.