smael Hamdam, médico forense que atendió a Susana Freydoz seis horas después del asesinato de su esposo, el gobernador de Río Negro, Carlos Soria, afirmó en el juicio que la mujer estaba "lúcida, ubicada en tiempo y espacio, podía entender y respondía en forma coherente".
El testimonio de Hamdam ante la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca aportó datos sobre el primer examen médico que se le practicó a Freydoz, alrededor de las 10 de la mañana del primero de enero pasado.
"Estaba muy cansada pero lúcida", afirmó el médico y agregó que semanas más tarde volvió a verla y se manifestó con "paranoia" ante el juicio que se le seguía por el asesinato de su marido, expresando que "quería morir".
Otro testimonio en ese sentido fue el de la bioquímica Cristina Rubio, quien examinó muestras de sangre de Freydoz y Soria del día del crimen.
Rubio aseguró que la mujer no tenía tan altos niveles de alcohol y psicofármacos como se dedujo de otros testimonios, aunque había bebido en cantidad "moderada a alta" durante la cena familiar de fin de año, que antecedió al crimen.
La bioquímica precisó que Freydoz tenía 0,70 gramos de etanol por litro de sangre, y "menos de 10 nanogramos por litro de alprazolam, del medicamento Alplax, y cafeína, menos de lo que se receta habitualmente, un valor considerado no tóxico".
El alcohol estaba presente en "grado moderado a alto", lo que con el psicofármaco "tiene un efecto de sedación que se suma o se potencia".
Por el contrario, el gobernador asesinado había bebido más, afirmó Rubio, y la presencia de alcohol en sangre "era significativa", de 0,76 gramos de etanol por litro de sangre, a lo que se sumaba medicación recetada que ingería como paciente cardiológico.