Por la cantidad de construcciones, nichos y galerías que hay en el predio de siete hectáreas, a los serenos se les hace difícil evitar los robos. Solo con un sistema de videovigilancia que monitoree los ingresos al cementerio podría detener los constantes hurtos de ornamentos a las tumbas.
A lo largo de estos últimos años hubo varios intentos para mejorar el control de ingreso de personas al cementerio, pero ninguno de esos proyectos prosperó. “Después de dos años y medio denunciando el robo de las flores en la galería cinco nicho 457 Módulo cuato Supervisión, sólo me queda recurrir a los medios para ver si alguien toma medidas, es inaudito que coloque las flores a la mañana los miércoles y los sábados, y que al mediodía de esos mismos días ya no estén”, explicó Norma Corfield.
“Ante la impotencia que siento y el desagrado de ver que hasta las personas fallecidas son víctimas de robos, solicito a las autoridades municipales que implementen algún sistema de seguridad en la galería mencionada, porque no es solo a mí que me ocurre sino a muchos nichos de ese lugar”, agregó.
Desde hace algunos años, los distintos directores que pasaron por el cementerio, solicitaron recursos para construir un tapial del lado noroeste de 130 metros de longitud, que es colindante con una chacra cubierta de densa vegetación de fácil acceso a través del bulevar Alférez Sobral, para luego ingresar al cementerio dado que solo un alambrado hace de divisoria entre ambos predios.
La construcción de una galería de 30 metros del lado oeste, acortará la longitud a cubrir lindante hacia la chacra pero aún quedarán cien metros alambrados que seguirá vulnerando la seguridad del cementerio.
Otra idea fue la de colocar cámaras de seguridad y hasta mejorar el patrullaje nocturno por parte de la Policía, pero ninguna de estas ideas propuestas por los sucesivos administradores que han pasado por ese servicio municipal fue escuchada.
Los ladrones ahora tienen otra modalidad para burlar la guardia de los cuidadores del cementerio, directamente ingresan en moto por la puerta N° 3 que da al bulevar Daneri casi Alférez Sobral, donde pueden ingresar los vehículos. En las motos de a dos o de a tres comienzan a recorrer el predio en busca de una oportunidad, mientras uno de ellos vigila la posición de los cuidadores del cementerio para que su compañero no sea sorprendido en su accionar delictivo.
Controlar las siete hectáreas con tantas edificaciones, se hace imposible para los serenos, sobre todo en momentos donde hay poca gente recorriendo las tumbas de sus familiares. Este escenario generalmente se da los fines de semana.
