La Bombonera habló". La frase de Daniel Angelici pinta de cuerpo entero el principio del fin del desenlace de ayer, que terminó con la decisión de los dirigentes de no renovarle el contrato a Julio César Falcioni. El presidente xeneize tenía una idea de continuidad, pero el clamor popular del sábado pasado expresado por casi todo el estadio durante y después del partido con Godoy Cruz terminó por inclinar la balanza. Anoche, el presidente de la entidad de la Ribera confirmó desde la sala de conferencias del club que Falcioni no seguirá y que se tomarán "entre 48 y 72 horas" para buscar al reemplazante. ¿Qué harán ahora? Si bien los dirigentes evitaron dar nombres, el primero con el que intentarán sentarse a charlar será Carlos Bianchi , el DT más ganador en la historia xeneize. ¿Y si responde negativamente? Allí entrarán en juego Rodolfo Arruabarrena y Jorge Ribolzi como alternativas. "Uno de ellos tres será el próximo entrenador de Boca", confió anoche una fuente cercana a Angelici.
Boca atenderá la preferencia del hincha, algo similar a lo que sucedió con Javier Cantero en Independiente con la contratación de Américo Gallego y, más reciente aún, como pasó con Daniel Passarella en River y la búsqueda de Ramón Díaz. Sólo cuando lo tengan cara a cara, los dirigentes verificarán si el hecho de no haber acudido al Virrey como primera opción lo predispuso negativamente. Las prioridades de las autoridades xeneizes pasaron, en un principio, por otros nombres: Guillermo Barros Schelotto, Gerardo Martino y hasta el propio Falcioni.
El dirigente con mayor poder en la Ribera dejó en claro, en su primera respuesta, que el Bombonerazo del sábado, en el que la mayoría de los hinchas insultaron a Falcioni y a Angelici como señal clara del disconformismo de una continuidad del técnico que estaba casi sellada para 2013, fue clave en la contramarcha: "Hemos decidido la no renovación del contrato. Lo sucedido el sábado nos hizo reflexionar a los dos [en referencia a él y a Falcioni] que iba a ser dificultoso trabajar con tanta presión. Y los directivos no nos creemos dueños de la verdad. Sabemos escuchar, como lo hicimos todo el año, a los verdaderos dueños del club, que son los socios".
Falcioni, por su parte, había dicho durante el día: "Si viene Bianchi me saco el sombrero", en declaraciones a Fox Sports y radio La Red. El técnico se había ido golpeado de la Bombonera el sábado, pero ayer rompió el silencio y se mostró con ganas de seguir. Cabe recordar que la última vez que habló en conferencia había sido el 30 de septiembre pasado, cuando Boca igualó 1-1 con San Martín, de San Juan, como local. Pero cuando ayer por la tarde se juntó con Angelici, Oscar Moscariello (vicepresidente primero), César Martucci (secretario general) y Sergio Grecco, su representante, entendió que lo mejor era que la sociedad entre ambos finalizara ahora.
El propio Angelici explicó luego: "Boca le agradece a Falcioni. Yo dije durante el torneo que el primero con el que me iba a sentar para charlar era Falcioni. Y así fue, pero no podemos ser autistas ni tener la soberbia de no escuchar a la gente. Y entendimos junto con Julio que lo mejor era no continuar".
Algo es real: los dirigentes hacen un balance positivo de lo que fue la gestión de Falcioni, desde enero de 2011 hasta la fecha, donde se consiguieron dos títulos (Apertura 2011 y la Copa Argentina 2012, además de llegar a la final de la Copa Libertadores 2012). "Hubo dos elementos que me sorprendieron el sábado: la silbatina para Somoza, porque está claro que los hinchas no insultaron al jugador sino que fue una forma de demostrar su enojo con el técnico. Lo mismo sucedió con Angelici. No lo silbaron a él, sino que fue la figura elegida para mostrar su disconformismo hacia la continuidad del DT. Es injusto. El presidente cumplió con el 70% de los compromisos institucionales asumidos. Obviamente que depende también de lo deportivo, pero la campaña fue positiva; la del Inicial fue idéntica a la del semestre anterior, en el torneo Clausura. Se clasificó a la Copa Libertadores y, antes de Falcioni, Boca estuvo tres años sin jugar la Copa", le había dicho César Martucci a LA NACION.
Ayer, el último en ingresar a la presidencia, tras la conferencia de prensa, fue Marcelo London, el dirigente de la actual comisión directiva más allegado al Virrey. En los últimos días, Angelici coincidió en tres encuentros sociales con Bianchi: en la Legislatura, donde se le hizo un reconocimiento a Sebastián Battaglia, en una peña y en la noche del sábado en el Hotel Boca, en la fiesta de despedida de Rolando Schiavi. "Tengo una buena relación con él y me lo crucé, sí, pero no hablamos de fútbol",
Si Bianchi responde negativamente charlarán con Rodolfo Arruabarrena, de muy buena campaña en Tigre, y Jorge Ribolzi, quien integra la secretaría técnica, pero que estaría dispuesto a asumir el desafío como entrenador, al menos, por seis meses.
El plantel de Boca tiene programado volver al trabajo el 4 de enero próximo en la Bombonera y un día después viajarán a Tandil para hacer la pretemporada. Eso es lo que tenían programado con Falcioni y el nuevo DT se adaptará a ese cronograma. Lo que sí será motivo de nuevas charlas son los puestos por reforzar, ya que entre Angelici, la secretaría técnica y Falcioni habían acordado: un zaguero central de experiencia, un lateral izquierdo y un delantero por afuera.
Llegue el entrenador que llegue, el principal objetivo será apuntar a ganar la Copa Libertadores, uno de las grandes metas puestas por Angelici. "Estamos acostumbrados a ganar muchos títulos y la vara es alta. Trataremos de seguir trabajando para darles a los hinchas las Copas que quieren", dijo ayer un presidente que tendrá el desafío de elegir por primera vez, con su comisión directiva, a un entrenador con puño y letra, ya que si bien transcurrió un camino junto con Falcioni, Julio César fue un técnico heredado de la gestión de Amor Ameal.
Lo mismo sucedió con Angelici. No lo silbaron a él, sino que fue la figura elegida para mostrar su disconformismo hacia la continuidad del DT. Es injusto. El presidente cumplió con el 70% de los compromisos institucionales asumidos. Obviamente que depende también de lo deportivo, pero la campaña fue positiva; la del Inicial fue idéntica a la del semestre anterior, en el torneo Clausura. Se clasificó a la Copa Libertadores y, antes de Falcioni, Boca estuvo tres años sin jugar la Copa", le había dicho César Martucci a la nacion.
Ayer, el último en ingresar a la presidencia, tras la conferencia de prensa, fue Marcelo London, el dirigente de la actual comisión directiva más allegado al Virrey. En los últimos días, Angelici coincidió en tres encuentros sociales con Bianchi: en la Legislatura, donde se le hizo un reconocimiento a Sebastián Battaglia, en una peña y en la noche del sábado en el Hotel Boca, en la fiesta de despedida de Rolando Schiavi. "Tengo una buena relación con él y me lo crucé, sí, pero no hablamos de fútbol",
Si Bianchi responde negativamente charlarán con Rodolfo Arruabarrena, de muy buena campaña en Tigre, y Jorge Ribolzi, quien integra la secretaría técnica, pero que estaría dispuesto a asumir el desafío como entrenador, al menos, por seis meses.
El plantel de Boca tiene programado volver al trabajo el 4 de enero próximo en la Bombonera y un día después viajarán a Tandil para hacer la pretemporada. Eso es lo que tenían programado con Falcioni y el nuevo DT se adaptará a ese cronograma. Lo que sí será motivo de nuevas charlas son los puestos por reforzar, ya que entre Angelici, la secretaría técnica y Falcioni habían acordado: un zaguero central de experiencia, un lateral izquierdo y un delantero por afuera.
Llegue el entrenador que llegue, el principal objetivo será apuntar a ganar la Copa Libertadores, uno de las grandes metas puestas por Angelici. "Estamos acostumbrados a ganar muchos títulos y la vara es alta. Trataremos de seguir trabajando para darles a los hinchas las Copas que quieren", dijo ayer un presidente que tendrá el desafío de elegir por primera vez, con su comisión directiva, a un entrenador con puño y letra, ya que si bien transcurrió un camino junto con Falcioni, Julio César fue un técnico heredado de la gestión de Amor Ameal.