En el último año, los usuarios de teléfonos celulares ganaron derechos largamente esperados. Entre ellos, el de conservar el número al cambiar de empresa y el de pagar por las llamadas sólo a partir del momento en el que alguien atiende. También, recibieron compensaciones por problemas que hicieron caer el servicio por horas. Avances que todos reconocen. Sin embargo, expertos en telecomunicaciones, organismos de control y asociaciones de usuarios dicen que falta mucho por hacer para llegar a una situación ideal. Y señalan cinco grandes deudas que el sistema aún mantiene con la gente.
Las fallas en la cobertura
Tal como informó ayer Clarín, basándose en la opinión de expertos en telecomunicaciones, la expansión de los smartphones potenció el tráfico de datos, y la capacidad de las redes no creció al mismo ritmo. En consecuencia, en las zonas más pobladas, los canales se saturan, lo que se traduce en llamadas que se cortan, mensajes demorados y un servicio de Internet lento e intermitente.
“No se invirtió lo suficiente”, explicó Claudio Muñoz, experto en telecomunicaciones del ITBA.
Precios altos y “discriminatorios”
Asociaciones de usuarios aseguran que los argentinos pagan tarifas caras. La afirmación tiene sustento: el último estudio del Diálogo Regional sobre la Sociedad de la Información ubicó a Argentina como el tercer mercado móvil más caro entre 62 países, tomando los precios en dólares con paridad de poder adquisitivo de una canasta de servicios. Y además, se cuestiona que el sistema resulta injusto porque los usuarios prepagos abonan precios por minuto hasta 6 veces más caros que los de un abono. Por esto, la Auditoría General de la Nación advirtió que la modalidad de recargas es “discriminatoria” y “perjudicial para los usuarios”.
Fraccionamiento por minuto
“En Argentina, el que habla 1 minuto y 5 segundos debe pagar el precio de 2 minutos, por lo cual la empresa gana dinero por servicios que nunca brindó ”, expresó Fernando Blanco Muiño, de la Unión de Consumidores de Argentina. “Retrocedimos: en los ‘90, Miniphone fraccionaba cada 10 segundos, y hoy todo es por minuto”, agregó Susana Andrada, del Centro de Educación al Consumidor.
El vencimiento de la carga
Otro cuestionamiento es para los plazos de vencimiento de las recargas, que según la Auditoría son “exiguos” y presionan al usuario a consumir más para no perder algo que compró. “Cuando uno carga la SUBE, el saldo dura indefinidamente. ¿Por qué con los celulares nuestro dinero se vence?”, cuestionó Andrada. Según Héctor Polino, de Consumidores Libres, estos plazos promueven “ventas compulsivas ilegales por ser violatorias del principio de lealtad comercial”.
Las fallas en la atención al cliente
Se critica lo engorroso que resulta hacer reclamos, en especial por teléfono. “Hicimos ensayos con los tres grandes prestadores y nos llevó siempre entre 47 y 52 minutos al teléfono, entre la espera y las distintas etapas. El usuario debe explicar su problema varias veces a distintas personas y, a veces, para colmo, ni siquiera le dan una solución”, contó Muiño.