El lugar de reunión, el recorrido y el color de la movilización de este 18A en la capital provincial fue semejante a los encuentros anteriores de septiembre y noviembre de 2012. Sin embargo, las diferencias principales radicaron en tres detalles: un fuerte reclamo contra el paquete de leyes presentado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para democratizar la Justicia, la presencia de dirigentes políticos nacionales y provinciales de la oposición -como el diputado Atilio Benedetti (UCR-Entre Ríos) y el candidato a senador nacional por el PRO, Alfredo De Ángeli- y un nivel de convocatoria mayor a las marchas del pasado año. Cientos de personas se congregaron en las inmediaciones de un conocido hotel capitalino y desde allí se dirigieron a la Casa de Gobierno donde, entre banderas y cacerolas, expresaron su malestar hacia la administración central y local. Las críticas hacia el oficialismo no fueron las únicas que se escucharon, las voces contra el desempeño del arco opositor también se hicieron sentir mientras avanzaban los manifestantes.
Democratización de la Justicia=impunidad, rezaba uno de los carteles que circularon por el centro de la capital en el marco de la denominada marcha del 18A. El sonido de las cacerolas, los silbatos y el acompañamiento de las bocinas de los autos fueron los elementos que utilizaron los manifestantes durante la noche del jueves para expresar su descontento con las políticas llevadas adelante por el oficialismo nacional y provincial.
Luego de cantar el himno nacional frente a la Casa Gris, Benedetti enfatizó que “hay un claro pedido de libertad de la Justicia, de basta de impunidad, de relato que encubre situaciones que el pueblo no tolera. Creo que hay una convicción en la sociedad que se está avanzando para limitar las libertades individuales y para condicionar, no solamente a gobernadores e intendentes, a los jueces”.
Asimismo, dialogando con este medio, remarcó que “la sociedad intuye que esta avanzada del gobierno sobre la Justicia lo que encierra es un mecanismo para atemorizar a los jueces, lograr dependencia y sumisión del Poder Judicial”. Y añadió que “esta marcha en Paraná es una clara muestra de la enorme voluntad de un cambio y de una mayor transparencia y de menos relato y de más realidad”.
También, consideró que “estas leyes de reforma son un verdadero caballo de Troya que encubre la verdadera voluntad de condicionar y someter al Poder Judicial. Esto lo ha observado con claridad la oposición y, en un hecho inédito, nos hemos puesto de acuerdo todos los partidos opositores para rechazar de plano los seis proyectos”.
En este marco, criticó a la jefa de Estado al decir que “si tuviera tanta voluntad de debatir en profundidad y con la sociedad estos proyectos no hubiera utilizado este mecanismo súper extra express que va a permitirle en menos de dos semanas llevar adelante unas leyes de la dimensión institucional como esta”.
De la misma manera, confió en la aparición de un referente que se pueda presentar como variante al oficialismo y comentó que “hay que trabajar para que emerja un dirigente que pueda ser depositario de la esperanza colectiva. Realmente hay una enorme necesidad y desde nuestro partido estamos trabajando en este sentido”.
Mezclado entre los manifestantes y recibiendo abrazos y saludos, De Ángeli estimó que “la gente sale a movilizarse cuando aparece la corrupción y ve que la Justicia va a perder la independencia. Esto es una marcha ciudadana y vine a participar como un ciudadano más”.
En esa línea, el dirigente rural y candidato del PRO confió en que “estas marchas lleven a la Presidenta y al oficialismo a reflexionar y que busque la unidad y que como dijo el Papa (Francisco) que se acerquen al diálogo y los consensos”. Y subrayó que “el pueblo está pidiendo que la oposición se presente unida”.
Por su parte, el diputado nacional Jorge Chemes (UCR-Entre Ríos) indicó que el principal motivo por el cual las personas protestaban es que “no están de acuerdo con este gobierno, con esta política, con este modelo y se manifiestan de esta manera porque, lamentablemente, es la única forma de que escuchen algo”.
En ese sentido, estimó que “muchos ven esto como un éxito, pero me preocupa seriamente que la gente tenga que salir a la calle a protestar. Eso es porque evidentemente la ciudadanía no tiene respuestas por parte del gobierno”. Y agregó que “el gobierno está totalmente cerrado a escuchar a la oposición, inclusive en el Congreso. No quieren el debate, no quieren la discusión”.
Además, relató su experiencia en el tratamiento del proyecto presentado por la mandataria nacional y comentó que estuvo “en la Comisión de Asuntos Constitucionales y no permitían el debate. Lo que ellos consideran debate significa que nosotros le digamos que ‘si’ a todo lo que ellos quieren. Y en una discusión parlamentaria hay que escuchar al otro lado y eso no ocurre. El debate no existe con este gobierno".
Por su parte, la diputada provincial María Emma Bargagna (FAP-Paraná) recalcó que “la reforma judicial nos deja sin República, sin la Corte Suprema, sin división de poderes y deja a muchísimos argentinos sin derechos en una total inseguridad jurídica. Los proyectos son de terror. Seria una barbaridad aprobarlos ya que son absolutamente inconstitucionales y nos sacan del sistema republicano”.
Mientras, al referirse por el rol que puede llegar a desempeñar las fuerzas opositoras, la legisladora expresó que espera “una oposición que empiece a encontrarse en un idioma común, que es: hacer una Nación donde al menos el ABC sea defender el sistema republicano de gobierno y el federalismo. Y en segundo lugar que tenga propuestas constructivas y empiece a acercar alternativas, que pongamos sobre la mesa proyectos propositivos para salir de esta crisis”.
Igualmente, el titular del bloque radical en la Cámara Baja provincial, Agustín Federik (Paraná) entendió que se debe “acompañar a la ciudadanía; máxime cuando la República está siendo severamente afectada por estas modificaciones a la ley del Consejo de la Magistratura”. Y añadió que aguarda que “este pueblo que se reunió en Paraná y en toda la República le sepa poner un freno (al oficialismo) en octubre”.
“Estos últimos 30 años de democracia han servido para que cada uno de nosotros tenga los registros correspondientes de lo que se ha dicho, cuando cualquiera que haya escuchado a la Presidenta hace 10 años se da cuenta que el trabajo que ella está llevando adelante para demonizar una Justicia que no le es adicta da por tierra todos sus argumentos acerca de esta modernización y democratización”, cuestionó el dirigente del centenario partido.
En este contexto, analizó el papel del arco opositor en Entre Ríos y manifestó que “ha quedado demostrado claramente cuales han sido las conductas de los partidos políticos que integramos la Cámara de Diputados. En ese sentido, la tranquilidad de conciencia que tiene la UCR es única”.
Por ello, solicitó “al pueblo de la provincia que vaya, vea, observe y analice los debates y las votaciones de la UCR y nuestros argumentos en los momentos difíciles y con las leyes que comprometían el patrimonio entrerriano y ahí se va a dar cuenta cual ha sido la verdadera oposición y no los mediáticos que salen ahora con alguna pretensión farandulera. Ni tampoco aquellos que se disfrazaban de oposición y terminaron siendo peronistas”.
Voces, colores y letras
Banderas nacionales y provinciales, máscaras del personaje central de la película V de Vendetta, sonidos de silbatos, bocinazos de automóviles y colectivos marcaron el avance de la columna que se había citado, a las 20, en el Parque Urquiza de Paraná.
Con odio no se construye, Sin Justicia no hay futuro, La Constitución no se toca, se respeta, y Vamos por una República federal, eran algunas de las leyendas que pudieron leerse durante este 18A.
Los gritos expresaron el desagrado por las iniciativas de la administración central y, con igual intensidad, por la “inutilidad” de los dirigentes de la oposición: “No hay cambios”, “el pueblo no está conforme”, “son todos unos ladrones” y “no sabemos a quien elegir” fueron las frases que más discurrieron entre los manifestantes que se concentraron en la Casa de Gobierno y que culminaron dirigiéndose a la Plaza 1º de Mayo, donde pasadas las 22 comenzaron a disgregarse