Los abrigos dejaron lugar, sin escalas intermedias, a la ropa de verano, y dos semanas antes de que termine el invierno y comience la primavera el termómetro trepó, ayer, por encima de los 30º.
Los días seguirán así, con intenso calor, según anticipó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), vientos regulares del sector norte, nubosidad variable, esquema que recién cambiaría el miércoles, cuando el viento rotará, y soplará desde el sector sur, y las temperaturas descenderán de modo considerable.
Ayer a las 14, la sensación térmica en Paraná se ubicó en 31,1º, y para hoy, el SNM anticipa una mínima de 18º, y una máxima de 32º. Un panorama totalmente distinto poco más de un mes atrás: el 1 de agosto se registró la temperatura mínima más baja del invierno en la zona, con -1º; la máxima de este año, en tanto, ocurrió el 1 de febrero, con 36,5º.
Los vaivenes extremos de la temperatura, el clima que cambia de humor de modo brusco, tienen consecuencias sobre el cuerpo, y particularmente, la salud.
El jefe del Servicio de Alergia del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, Dante Maldonado, concluye con una verdad inapelable: “Con la naturaleza, no podés hacer nada. Lo que sí hay que decir es que los cambios bruscos de temperatura, en los alérgicos, se transforman en un gatillante, un estímulo”. Las más comunes, las asmáticas y las rinitis.
Hay un dato: en esta época, ocurren las floraciones, y las floraciones llevan consigo el desprendimiento del polen, y el polen y los alérgicos no se llevan nada bien. “El polen viaja kilómetros y flota, y puede afectar a un alérgico que está a mucha distancia”, cnótó el médico. Así es, entonces: las alergias respiratorias se llevan la peor parte con este clima.
-¿De qué modo se previene?
-Una de las formas es evitar exponerse a los cambios bruscos de temperatura: o sea, no salir de un ambiente con aire acondicionado hacia el sol bravo de los 30º sin escala intermedia. “Los excesos de temperaturas, los cambios bruscos, siempre son contraproducentes para las alergias”, opina el médico.
De igual modo, como Maldonado afirma, resulta complicado ponerse a salvo de los cambios climáticos. Entonces, es corriente que se den alergias del tipo de las rinitis, que se manifiesta por una inflamación en la nariz, secreción constante, estornudos, y un líquido incómodo que llega hasta la comisura. “No es el clásico resfrío”, aclaró.
También aparecen las alergias asmáticas. “Mucha gente relaciona el asma con la crisis asmática. Uno piensa en un asmático y se imagina lo peor –detalló–. Pero hay que tener en cuenta que sólo el 5% de los asmáticos tienen manifestaciones de crisis asmáticas severas. El resto, más del 90%, sólo tiene manifestaciones de la enfermedad en forma de chillidos en el pecho, un poco de tos, dificultad para respirar”.
Respecto de los cambios en el clima, dijo que son un condicionante para la aparición de las alergias. “Los cambios bruscos predisponen para las alergias. Venimos de temperaturas bajas e ingresamos esta semana con días de mucho calor. Pero además, para la próxima semana se anticipa un frente frío. Es decir, en pocos días, soportamos diferencias de temperatura de 15 a 20 grados. Esto, obviamente, provoca que se recrudezcan los síntomas alérgicos en la gente”, apuntó.
El director de Atención Primaria de la Salud del Ministerio de Salud, Guillermo Salzman, evaluó que “los cambios bruscos ponen en situación de estrés al organismo y afectan la regulación interna de la temperatura, y lo que esto genera es que se ponga en riesgo el sistema inmunológico. Por eso, si no se toman precauciones, bajan las defensas, el cuerpo queda más propenso a contraer alguna de las enfermedades respiratorias”.
Y concordó con el jefe del Servicio de Alergia del Hospital San Roque en que lo que más abundan son las alergias. “Sobre todo las respiratorias. Empieza la floración, además hay más viento del habitual, estamos atravesando un período de sequía, hay mucho polvillo suspendido en el ambiente, todo eso hace que las alergias aumenten mucho en aquellas personas que ya tienen predisposición”, aseveró.
Salzamn planteó que “uno no puede evitar los cambios de temperaturas, pero sí tomar algunos recaudos. Si se está bien alimentado, si no se realizan actividades estresantes, o que demanden mucho esfuerzo, se ayuda a que el organismo pueda adaptarse a los cambios. Esto es igual para el cambio del frío al calor, como del calor al frío. Estas precauciones se deben tener más en cuenta en los dos ciclos más vulnerables de la vida, como son los adultos mayores y los niños, por cuanto su proceso de adaptación es mucho más lento”.
En ese marco, recomendó “una buena hidratación, una alimentación adecuada, permanecer en ambientes ventilados, y abrigarse acorde a la temperatura”.
Salzaman rescató como fructífero el trabajo que hizo Salud en hospitales y centros de salud durante el invierno para la captación temprana de las enfermedades respiratorias, con el objetivo de evitar las largas internaciones. “Lo más importante es que no hubo grandes complicaciones, y ninguna muerte”, apuntó.
Aunque el relevamiento de los datos obtenidos en los centros de atención arrojó un resultado inesperado, que todavía no se terminó de procesar. “Todavía está en estudio todo esto, pero podemos decir que hay una fuerte relación entre los casos de niños con enfermedades respiratorias y familias fumadoras. Pero ése es un dato que estamos evaluando. A cada niño que se atendía, se le hacía una encuesta, y de ahí se descubrió esa relación entre enfermedad respiratoria del chico y padres fumadores”, señaló.
Lo que viene
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipó para hoy una mínima de 18º y una máxima de 32º en Paraná. Para mañana, en tanto, se aguarda una mínima de 16º y una máxima de 29º. Y el jueves, las marcas se mantendrán en esos niveles: 16º y 28º. Las condiciones comenzarán a variar el jueves por la noche, y ya para el viernes se anticipan lluvias en esta zona, con un brusco descenso de la temperatura: una mínima de 11º y una máxima de 21º, condiciones que se mantendrán hasta el sábado.
