Un desperdicio la oportunidad que dejó pasar San Lorenzo de quedar como único líder del Grupo 2. Porque si le ganaba a la Unión Española, en su cancha, con la derrota de Botafogo en manos de independiente del Valle, los de Bauza escalaban a la cima en soledad. Pero no. El Ciclón malgastó la chance, y el empate 1-1 (goles de Matos y de Canales) lo dejó compartiendo la punta con los brasileños y los ecuatorianos.

San Lorenzo entregó el terreno y la pelota. Bajó las revoluciones e, inconscientemente, cedió espacio. Se desconectó y dejó de intentar. En vez de pensar en aumentar el marcador se propuso defender la ventaja arriesgando a que los chilenos se iluminaran y pusieran el empate. Si bien Unión Española resultó (por momentos) inofensivo, daba la sensación de que con un acierto podía derrumbar lo (muy) bueno de los primeros minutos, que terminaron siendo escasos en relación a los 90...

El Ciclón salió decidido a tener la pelota, a imponer autoridad y se plantó en el campo de los chilenos. Fue punzante, con presión y tenencia. Con Mercier abriendo el campo, con Piatti enchufado y Correa obstinado en encarar. Así fue que llegó al gol de Matos: el pibito se mandó entre los defensores, se enredó con la bocha, quedó perdida en el área y el que la encontró para definir fue el ex All Boys.

A partir de ahí, fue todo contraproducente para el Ciclón: en vez de continuar con esa intensidad, despacito fue levantando el pie del acelerador y el que metió primera fue la Unión Española. El tema es que no pasó de primera. Pero fue suficiente para el desconcierto en el Nuevo Gasómetro. El equipo dejó crecer a su rival, los del otro lado de la Cordillera empezaron a arrimarse a Torrico, sin mucho peligro pero con presencia. Y fue así que, cuando parecía que no iba a poder, pudo llevarse la igualdad a través de Canales.

Lo positivo fue que sumó y el grupo quedó peleado, con San Lorenzo, Botafogo e Independiente del Valle en la cima con cuatro puntos, y Unión Española, con tres. Lo negativo que tenía todo a favor para dar el salto y el juego del Ciclón sigue dejando más dudas que certezas.