Ramón de la Cruz Ortiz fue formalmente imputado por el homicidio triplemente calificado de Susana Villarruel, su exesposa y se negó a declarar ayer ante el fiscal.

El principal sospechoso por el femicidio de Susana Villarruel se mantuvo en silencio y el fiscal Martín Gil solicitará hoy la prisión preventiva para continuar con la producción de pruebas en la investigación penal preparatoria.

Ramón de la Cruz Ortiz, ex pareja de la víctima, estuvo ayer en los tribunales de Gualeguaychú, donde el fiscal Martín Gil lo imputó por el homicidio triplemente calificado por mediar violencia de género, por el vínculo y por alevosía. El acusado se abstuvo de declarar, por consejo del defensor oficial Martín Clapier, y luego de cumplido el trámite fue devuelto a la Jefatura Departamental de Policía, donde permanece alojado desde el martes.

Cumplido este trámite, hoy el fiscal solicitará ante el juez de Garantías Mario Andrés Figueroa que se dicte la prisión preventiva de Ortiz por un período que podría ser de hasta 90 días, que es lo que establece el Código de Procedimiento Penal para concluir la investigación penal preparatoria, confirmaron fuentes judiciales .

En tanto, se conoció el informe preliminar elaborado por el médico forense Marcelo Benetti, donde quedó asentado que la mujer no habría sido abusada y que presentaba tres heridas cortantes en el costado derecho del pecho, en la garganta y en el cuello, aunque esos datos no alcanzan para establecer la causa de muerte de la mujer, sino que para eso habrá que esperar los resultados de la autopsia. No obstante, los investigadores cotejarán si esos cortes pudieron ser efectuados con un cuchillo que habían secuestrado días antes en la casa de Ortiz.

También ayer por la tarde el fiscal y peritos policiales volvieron al lugar donde fue hallado el cuerpo de la mujer, en cercanías del arroyo El Cura, para realizar una planimetría, tomar muestras con luminol y recabar más testimonios de vecinos a fin de determinar cuál fue el escenario de la muerte y reconstruir los momentos previos.

LA DENUNCIA Y LAS SOSPECHAS. El cadáver de Susana Villarruel, de 39 años y madre de cuatro hijos, fue hallado el miércoles a un costado del arroyo El Cura, oculto entre unos matorrales y tapado por ramas y bolsas. La denuncia de su desaparición había sido realizada por su ex pareja, el detenido Ortiz, el lunes por la noche.

La mujer había sido vista por última el lunes alrededor de las 7 de la mañana. Vecinos la vieron conversando con Ortiz frente a la casa de ella, en el barrio Totó Irigoyen; y el hombre, al momento de realizar la denuncia, dijo que había ido hasta la casa de Susana, que hablaron y luego salieron caminando juntos hacia el centro, hasta que se separaron cuando ella se quedó en la parada de colectivos y él continuó unas cuadras más, hasta que abordó un remís. En ese punto, la coartada del hombre comenzó a resquebrajarse, porque desde la empresa de colectivos indicaron que no tenían registros de que ningún pasajero haya abordado en esa zona de la ciudad en el momento indicado por Ortiz, y tampoco los colectiveros recordaban a la mujer.

Sumado a eso, el fiscal Gil sumó dos testimonios que resultaron clave: una vecina contó que había escuchado gritos de una mujer pidiendo auxilio en la zona donde finalmente apareció el cadáver; y otro vecino reconstruyó en sede judicial un diálogo desgarrador:

–Desnudame, haceme lo que quieras, pero no toqués los chicos –dijo haber escuchado de una mujer.

–Callate, hija de puta –aseguró que le contestó el hombre, y luego sobrevino el silencio. 

Con esos datos, el fiscal ordenó la detención de Ortiz.

El principal sospechoso es oriundo de la ciudad de Santa Fe –aunque hace años está instalado en Gualeguaychú–, tiene 39 años, es obrero de la construcción, pero desde hace un tiempo está sin trabajo y se dedica a hacer changas, según dijo. Se había casado en diciembre de 2015 con Susana Villarruel, tenían un hijo en común, pero se separaron en junio del año siguiente y estaban en proceso de divorciarse.