La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que el año 2017 se encamina a convertirse en uno de los tres años más calurosos desde que se tiene registro, solamente por debajo de 2016 y en rangos muy similares a 2015, destacando que –a diferencia de esos años–, en 2017 el fenómeno meteorológico El Niño no se manifestó, como sí ocurrió en 2015 y 2016, lo que ayudó a elevar el promedio de temperatura en esos años.El informe fue publicado en coincidencia con la 23ª Conferencia de la ONU sobre el Clima que se realiza este año en Bonn, Alemania, donde 25 mil científicos, enviados especiales, activistas del medio ambiente y especialistas se dan cita para impulsar la agenda ecológica y hacer realidad los acuerdos alcanzados en 2015 en la Cumbre del Cambio Climático de París. "Los tres últimos años son los más cálidos que se hayan registrado nunca y se inscriben en la tendencia del calentamiento a largo plazo del planeta", destacó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en un comunicado.
"Como consecuencia del intenso episodio de El Niño, es probable que el año 2016 continúe siendo el más cálido del que se tenga registro, con 2017 y 2015 en segundo y/o tercer lugar, respectivamente. El período de 2013 a 2017 será el quinquenio más cálido jamás registrado", asegura el reciente análisis, que agrega que de enero a septiembre de 2017 "se registró una temperatura media global de aproximadamente 1,1 grado centígrado por encima de los niveles preindustriales".
En el informe se apunta que, además, es necesario tener en cuenta los "numerosos episodios de efectos devastadores" del año como huracanes e inundaciones, olas de calor y sequías, y alerta del repunte de los principales indicadores del calentamiento global a largo plazo, como las emisiones de gases contaminantes o la subida del nivel del mar.
"Muchos de estos fenómenos –los estudios científicos detallados revelarán la cifra exacta– tienen indiscutiblemente la marca de un cambio climático causado por el aumento de la concentración de gases con efecto invernadero generados por las actividades humanas", señaló Taalas.
En Bonn, los representantes de 196 países deben ponerse de acuerdo sobre las reglas de implementación del Acuerdo de París, que busca contener el calentamiento por debajo de 2 ºC con respecto a la era preindustrial. Pero, según varios estudios, los compromisos actuales de los países que firmaron el acuerdo son insuficientes y las proyecciones a largo plazo van todas en mala dirección, de acuerdo la OMM. Las concentraciones en la atmósfera de los principales gases con efecto invernadero continúan aumentando. De hecho, en relación a los niveles de 1750, la concentración de dióxido de carbono y de metano es 1,5 y 2,5 veces superior.
El alza del nivel del mar y la acidificación de los océanos, entre otros indicadores del cambio climático, también continúan. "El océano absorbe hasta 30% de las emisiones anuales de dióxido de carbono producidas por el hombre", indicó la OMM. "Pero ello tiene un costo". La extensión de la banquisa, la capa de hielo flotante, del Ártico sigue siendo inferior a la norma, mientras que en la Antártida la banquisa, estable anteriormente, registraba un mínimo récord o casi récord.
"Esto echa luz sobre la amenaza creciente que pesa sobre la población, la economía de los países e incluso los mecanismos de la vida en la Tierra, si nuestra acción no llega a estar a la altura de los objetivos del Acuerdo de París", subraya Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La COP23 "servirá como trampolín a todos los países y sectores de la sociedad, a quienes se les pedirá que revisen al alza sus ambiciones para el clima", agregó.